CÓMO HABLAR CON LOS MUERTOS?
Muchas veces decimos que nos gustaría hablar con un ser querido que ya esta en el otro plano, o que hace unos días, meses o quizás años falleció ya sea en un accidente, de forma natural o le quitaron la vida muchas maneras de morir pero siempre queremos saber mas de ese aque personaje que tanto nos hace falta para ello les dejo la siguiente historia.....
¿Extrañas mucho a alguien que ya no está entre nosotros? ¿Me
creerías si te digo que hay una forma de volver a hablar con esa
persona? ¿Qué estás dispuesto a hacer para volver a ver a un ser
querido? ¡Quizá debas meditar un poco esta última pregunta!... ¡Porqué
puede ser la última que te plantees!
Existe una barrera que
separa el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, pero eso no
significa que no pueda romperse o debilitarse. Eso es lo que voy a
enseñarte a hacer. Esta barrera se hace más delgada a las 3.00 a.m. por
lo que el ritual debe practicarse a esta hora.
Es importante que
nunca lo hagas en fechas de celebraciones a los muertos (La noche de
Walpurguis, Halloween…), ya que la barrera es demasiado delgada en esas
fechas, y corremos el riesgo de traer a personas (y no tan personas)
indeseadas.
Elige con cuidado la persona con la que deseas
hablar, ya que solo tendrás una oportunidad de hacerlo. A la gente del
otro lado no le gusta que nos entrometamos en sus asuntos, y si te
descubren es probable que te arrastren a su mundo por la fuerza.
Es importante que pienses objetivamente en la persona ¡Más allá del
cariño que le tengas! Intenta juzgar su vida, discernir si pertenece
ahora al Cielo, al Infierno o al Purgatorio. Si esta persona ha ido al
Infierno, es muy probable que una vez abierta la barrera cueste cerrarla
sin efectos colaterales.
¡Si pese a esto decides continuar es bajo tu propio riesgo!.
Necesitarás una fotografía de la persona, sal, un espejo, una
pertenencia de esa persona (en lo posible una preciada), pétalos de rosa
roja, dos velas y una pregunta cuya respuesta conozcas muy bien y que
solo esta persona sabría contestar… Mientras más precisa sea la
respuesta a la pregunta, mejor es. Puedes agregar algún amuleto personal
que te proteja.
Siéntate a oscuras en el suelo, rodeándote en un
círculo hecho con sal y pétalos de rosa. Conserva un par de pétalos en
tu regazo, puede que los necesites luego. Coloca las velas a cada lado
del espejo, de modo tal que puedas ver tus ojos en el reflejo sin ningún
problema.
Sé que esto te va a resultar muy difícil, pero es
necesario que lo hagas: intenta no pensar en la pregunta, o por lo menos
en su respuesta, hasta que sea el momento de enunciarla.
Toca el
espejo con una mano y sostén la pertenencia y la foto con la otra,
cierra los ojos. Cuenta hasta diez y llama a esa persona por su nombre
completo. Di el nombre de la persona y seguido de eso, di: —¡Quiero
hablar contigo!— Hazlo hasta que sientas que la temperatura de la mano
con la que estás tocando el espejo disminuye bruscamente.
¡Sí lo
lograste: hay un muerto en el espejo! Ahora solo debes asegurarte de que
sea realmente el que tú deseas. Quita tu mano del espejo, sonríe y
saluda cordialmente; si no haces esto, verás a la persona con la
apariencia que tuvo en el segundo previo a su muerte, y la imagen no
suele ser muy grata. Ahora puedes abrir los ojos.
Frente a ti, en
lugar de tu reflejo, encontrarás a la figura de tu ser querido. Controla
tu emoción, aún no puedes hablarle de lo que sea. Dile que lo extrañas,
pregúntale si es realmente él/ella, (te dirá que si irremediablemente)
hazle algunas preguntas personales fáciles de contestar. Actúa
completamente confiado, debes aparentar que crees plenamente que aquel
espíritu manifestado en el espejo es tu ser querido. Cuando sientas que
lo has convencido de que confías en el/ella, suelta la pregunta que
tenías preparada. Si tarda en contestar, no contesta o simplemente
sonríe, arroja los pétalos de rosa al cristal. Eso te dará tiempo de
romper el espejo y estarás a salvo. Cubre los cristales con algo para no
reflejarte en ellos y quema el espejo. No rompas el espejo haciendo
contacto con tu piel, y mucho menos te lastimes mientras lo haces: le
pertenecerás para siempre si tú o tu sangre lo tocan.
Si la persona
te contesta correctamente, tu experimento ha resultado. Ahora tienes
veinte minutos para hablar con la persona y decirle todo lo que quieras.
Solo veinte, pues no puedes arriesgarte a que alguien del otro lado
note lo que estás haciendo.
Pasados los veinte minutos, le dirás a
la persona que debes irte (no te preocupes por controlar el tiempo,
sabrás cuándo decírselo porque comenzarás a escuchar murmullos).
Extiende tu mano con su pertenencia y apóyala en el cristal del espejo.
Esta se reflejará y tu ser querido tomará el reflejo. Te dará las
gracias y se marchará. Si en algún momento de tu conversación la persona
mira a sus espaldas o te dice que siente que alguien se acerca, termina
el ritual ahí mismo, haciendo lo que te expliqué antes.
Guarda algunos pétalos de rosas y colócalos bajo la almohada en la que duermas, como última medida cautelar.
Luego, duerme tranquilo.
¡Haz logrado vencer la frontera de la vida y la muerte!.
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