LA MALDICION DE SANGRE

Luciana es una chica de 15 años de edad, es la típica chava rara para algunas personas ya que la personalidad de ella es antisocial, distraída, siempre viste de color negro y su peculiar suéter de estambre todo viejo y remendado que jamás se quita. Luciana vive con su padrastro en un barrio de mala muerte, ella quedó huérfana a los 2 años de edad y al no tener más familia por parte de la madre el padrastro decide quedarse con ella.
Luciana no estudiaba ya que él le decía que era un gasto innecesario porque ella se casaría y se llenaría de hijos cómo todas las mujeres pero ella era una niña muy inteligente y aprendió a escribir y a leer por si sola a escondidas de su padrastro.
Una noche cómo casi siempre pasaba ella preparó la cena para cuándo el llegara todo borracho y no tuviera pretexto de gritarle y ofender la cómo era de costumbre en él. Se llegó la media noche y ella subió a su habitación, se dió un baño y se dispuso a dormir. La despertó un fuerte ruido y al abrir los ojos se percató que era su maldito padrastro qué aún con una botella de alcohol en la mano le dice que llegó la hora de pagar todo lo que él ha hecho por ella. El maldito sé abalanzó hacia la cama y ella por más que gritó, le suplicó que no la tocara el sólo la golpeaba y le decía las cosas más sucias qué jamás sus oídos habían escuchado, desgarró su ropa con tanta fuerza que su pequeño cuerpo estaba lleno de aruñones pero éso era lo de menos porque su cuerpo estaba siendo profanado por ésa bestia, la violó hasta cansarse, quedó inconsciente de tanto dolor, el pensó que la había matado al ver cómo no reaccionaba. Subió su pantalón y envolvió a Luciana en su sábana con tal frialdad cómo si fuera un animalito. Acomodó su camioneta vieja en la cochera y se percató qué nadie lo observara para así sacar el cuerpo de Luciana. Manejó un par de horas y llegó al bosque, bajó el cuerpo y la dejó tirada en medio de la nada, su cuerpo desnudo lleno de golpes y sangre cubierto sólo por ése suéter viejo que ella tanto amaba. Sube a su camioneta sin sentir mínimo remordimiento , el sabe qué nadie le echaría de menos ya que casi no salía de casa y en su mente retorcida sabía que pronto los lobos llegarían y se encargarían del cuerpo de Luciana. Pasó un par de horas y la temperatura descendía el cuerpo de ella cada vez se veía más transparente ya qué perdió mucha sangre y presentaba hipotermia. El olor a sangre pronto llamaría a las bestias del bosque para tener su festín, a lo lejos se oía el aullido que hasta parecía qué se comunicaban entre ellos. Poco a poco fueron llegando y rodeaban el cuerpo inerte y pálido, su olfato estaba impregnado de sangre, se podía ver cómo su osico babeaba al saborearse, entre ellos comienzan a tener pelea ya que todos se la querían comer, derrepente todo queda en silencio y se escucha algo entre la oscuridad. Los lobos hacen una reverencia bajando sus rostros al suelo, se ve un enorme lobo color negro, ojos rojos cómo si fueran 2 carbones ardiendo, unas enormes garras qué estoy segura que del cuerpo de Luciana no quedará nada.
La bestia camina lentamente hacía ella y la olfatea, la mueve pero no responde. Se decide a marcharse cuándo se escucha un leve quejido de dolor, si!! está viva a pesar de todo, lo está. El lobo la toma con sus afilados dientes y la sube en el lomo de otro de los lobos y así caminan por la profundidad del bosque. Pasaron un par de días y Luciana abre sus ojos y lo primero que ve es un joven a lado de su cama. Lo observa temerosa, y comienza a llorar, su mente se encuentra confundida, no entiende que hace ahí, sólo recuerda el asqueroso cuerpo de su padrastro dentro de ella y no puede dejar de sentir náuseas y repulsión, su cuerpo se encuentra lleno de golpes. El la observa con tanta compasión y le dice, no temas no te haré daño, mucho gusto soy Sebástian y extiende su mano hacía ella pero no obtiene respuesta.
Luciana se encuentra llena de odio y sed de venganza, sólo piensa en cómo matar al desgraciado que le destrozó la vida. Sebástian le dice yo te ayudaré en tú venganza, ella se queda sorprendida ya que al parecer le acaba de leer la mente, él sólo sonríe y le dice no estás loca tu y yo compartimos los mismos pensamientos ya qué compartimos la misma sangre. Luciana se encuentra aún más confundida, en éso se abre la puerta y entra una anciana con una charola en las manos con un té de hierbas y comida; le dice debes estár hambrienta, come te hará falta. La anciana se sienta a la orilla de la cama y comienza a contarle la historia de ellos. Sebástian, la anciana de nombre Micae, y los otros lobos pertenecen a una tribu que viene arrastrando una maldición que les había puesto una gran hechicera ya que ella estaba enamorada del jefe de la tribu pero él sé enamoró de una campesina, la hechicera no soportó tal rechazo y lo maldijo a ser humano de día y bestia de noche así cómo toda su descendencia, ahora tu llevas sangre de Sebástian la cuál utilicé para salvar tu vida pero ahora llevas en tú sangre nuestra maldición. Luciana incrédula a tal historia sólo pregunta por su suéter, Sebástian en forma de burla le dice, tu suéter? acaso hablas de éste arpo mal oliente?. Ella sintió una rabia qué le quemaba por dentro, se abalanzó sobre Sebástian quitándole el suéter y tirándolo hacía la pared con tal brutalidad. Luciana no comprende lo qué pasó y se disculpa. Micae le explica que es parte de su nueva vida y tiene que aprender a dominarlo. El suéter viejo es él único recuerdo que tengo de mi madre, es cómo si una parte de ella me acompañara en él, habló con una dulce voz y sus ojos llenos de lágrimas. Perdóname dijo Sebástian.
Bueno Luciana, te tenemos un regalo que sabemos deseas con ancias, acompáñanos dice aquella anciana. Salen de la cabaña, y observa una gran multitud de personas que van abriendo camino mientras ellos avanzan, se detienen, oh sorpresa que tenemos aquí? Luciana se llena de rabia y estrella a su padrastro contra un árbol, no fue difícil encontrarlo con su apestoso aroma, dicen en tono de burla unos chavos que se encontraban en la multitud. Es todo tuyo Luciana dice Sebástian. Comenzaba a oscurecer y Luciana entre odio y la rabia que la invadía comenzó a experimentar por primera vez su cambio y se convirtió en una enorme bestia. El maldito no podía creer lo qué estaba ocurriendo frente a sus ojos que hasta se orinó en los pantalones. Luciana lo comenzó a desmembrar lentamente, arrancó, su miembro el sólo grita de dolor y le suplica que lo deje vivir, pero ella está cegada en su odio, arranca las piernas, brazos, poco a poco le saca los intestinos y lo deja vacío. Ya disfrutando su venganza lo deja a merced de los demás para qué sacien su hambre.
Luciana encontró su paz pero también una familia que los unirá una maldición por toda la eternidad.
Ahora ella es libre y se puede ver cazando junto a su manada por los grandes bosques



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